A punto de dejar la presidencia de la Delegación gallega de la SEEC y no pudiendo despedirme personalmente de los miembros de la misma por encontarme en el extranjero el día en que está convocada la Asamblea, lo hago ahora, agradeciendo en primer lugar su colaboración desinteresada a quienes formaron parte de las sucesivas juntas directivas a cuyo empeño se debe lo positivo que pueda haber en la gestión, y a todos los miembros de la Delegación que con su participación en las actividades organizadas durante estos últimos doce años las hicieron posibles. Sin ellos no hubieran podido celebrarse.
Creo que es mi obligación como presidenta que todavía soy, solicitar que, dentro de las opciones preferidas por cada uno, se vote tanto una de las candidaturas de la Delegación gallega como una de las de la Junta nacional. Sólo ejerciendo nuestro derecho a voto, estaremos legitimados para exigir de la SEEC que defienda nuestros intereses y organice cuantas actividades nos perezcan de interés.
Sin más, quedo a vuestra disposición para lo que deseéis en la Facultad de Filología de Santiago.
Un cordial saludo.
Dulce Estefanía.